Ahora que llega el frío, muchos nos acordamos de las facturas de gas y electricidad. El aumento de las mismas es producido muchas veces por el mal uso de la instalación de calefacción. En esta guía lo que se pretende es dar unas pautas o hábitos sobre el buen uso de dicha instalación, mediante los cuales conseguiremos reducir sensiblemente su factura.
Las pautas que se comentan a continuación son independientes del sistema de calefacción utilizado y no entran a valorar la eficiencia del sistema utilizado (por conductos, suelo radiante, radiadores, paredes o techos calientes, etc.).
- Evitar la apertura de ventanas con la calefacción encendida. Hay que pensar que nos bastan 10 minutos por estancia para renovar debidamente el aire de la misma.
- Limitar el encendido de elementos radiantes en habitaciones o zonas poco frecuentadas.
- Cerrar las habitaciones que queremos calentar evitando la pérdida de calor por puertas.
- Evitar tapar totalmente o parcialmente los emisores de calor, ya sea mediante cortinas, muebles u otros elementos.
- Utilizar persianas por las noches.
- Aislar correctamente la vivienda, mediante el sellado de huecos, grietas en cajones de persiana, juntas en ventanas, impidiendo la formación de corrientes y minimizando los puentes térmicos en la envolvente de la vivienda.
- Colocación de ventanas con doble acristalamiento y rotura de puente térmico.
- Poniendo una temperatura de consigna de entre 20 y 21 grados. Hay que pensar que el aumento de 1 grado de la temperatura interior supone entre un 7 y un 8% de aumento de consumo energético.